Las importaciones chinas de crudo durante los primeros cinco meses del año cayeron en 130,000 bpd con respecto al año anterior. En cualquier otro paÃs, esto habrÃa sido considerado normal. En China, podrÃa significar un mal presagio para los precios.
El mayor importador de petróleo crudo del mundo es el enfoque lógico de todas las proyecciones de demanda y, consecuentemente, de precios. A pesar de sus diferencias, la AIE y la OPEP inevitablemente señalan a China en sus informes del mercado petrolero como el motor de la demanda, y por ende, de los precios. Sin embargo, este año, China podrÃa convertirse en un motor de pesimismo en los cÃrculos petroleros.
Debido a su estatus como el mayor importador de petróleo, la cantidad de crudo extranjero que China ingiere se utiliza regularmente como indicador de la demanda de petróleo del paÃs. El promedio de mayo, por ejemplo, fue de 11.06 millones de barriles diarios, un aumento con respecto al promedio de abril de 10.88 millones de bpd, lo que sugiere un aumento en la demanda. Sin embargo, el promedio de mayo también estuvo por debajo del promedio de 12.11 millones de bpd de mayo de 2023.
En una columna que discute la aparente debilidad de las importaciones de productos básicos de China, excepto el carbón, el comentarista de Reuters, Clyde Russell, mencionó las cifras anteriores como evidencia de dicha debilidad. Aunque cabe señalar que el año pasado, China alcanzó un récord en las importaciones de petróleo, con un aumento del 10% respecto a 2022. El promedio diario para ese año fue de 11.3 millones de barriles.
Las importaciones récord son difÃciles de mantener durante un perÃodo prolongado, por lo que no debe haber sido difÃcil prever cierto retroceso en las importaciones después de ese año récord, especialmente porque gran parte del petróleo que llegó a China en 2023 se utilizó para llenar inventarios con petróleo ruso con descuento.
Al mismo tiempo, está surgiendo una discrepancia entre las cifras reales y la previsión de la OPEP de que la demanda de China aumentarÃa en más de 700,000 bpd este año para liderar un crecimiento mundial de 2.25 millones de barriles diarios. Como señaló Russell de Reuters en su columna, la demanda de petróleo de China tendrÃa que recuperarse de manera extremadamente fuerte en la segunda mitad del año para que eso se hiciera realidad.
Existen dudas sobre si esto sucederá. La previsión de la OPEP sobre el crecimiento de la demanda es la más optimista. Otros son menos optimistas, y ni siquiera se incluye en esto la Agencia Internacional de EnergÃa. Energy Intelligence, por ejemplo, ha pronosticado un crecimiento de la demanda de petróleo de China de 494,000 barriles diarios este año, lo que seguirÃa representando una gran parte del crecimiento mundial de la demanda, un 40%. Curiosamente, la AIE espera un crecimiento de la demanda de petróleo chino más sólido que Energy Intelligence, de más de 600,000 bpd.
Además, la menor demanda que hemos presenciado durante la primera mitad del año fue prevista por algunos analistas. A finales de 2023, estos predijeron que el desplome del sector inmobiliario en China reducirÃa la demanda de diésel, lo que a su vez arrastrarÃa a la baja el crecimiento general de la demanda de petróleo a pesar de una mejora en la demanda de otros combustibles a medida que aumentaban los viajes.
También habÃa pronósticos más sombrÃos, que sugerÃan que el crecimiento de la demanda de petróleo de China podrÃa caer a la mitad de los niveles previos a Covid tan pronto como este año debido a los acontecimientos en el sector de la construcción y del automóvil. Eurasia Group en febrero estimó la tasa de crecimiento de la demanda para este año entre 250,000 bpd y 350,000 bpd, indicando que "El crecimiento incremental de la demanda de combustible en China en el que la industria petrolera ha confiado literalmente en las últimas dos décadas ha desaparecido".
Las expectativas de una tendencia alcista constante y sostenida en la demanda de cualquier mercancÃa serÃan poco realistas de todas maneras, pero especialmente en el caso del petróleo y especialmente después de un año de importaciones récord. El freno después de ese año récord era básicamente inevitable y, como tal, no deberÃa haber sido una sorpresa. Por supuesto, el crecimiento de la demanda aún podrÃa cobrar fuerza en la segunda mitad del año, pero es dudoso que se acerque a la predicción de la OPEP. Y no hay nada catastrófico en esto. Es simplemente lo habitual en una industria cÃclica.
Por Irina Slav para Oilprice.com
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