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Hace muchos años, un ingeniero civil me explicó la sabiduría de tomar los residuos biológicos sólidos de las plantas de tratamiento de aguas residuales, conocidos como biosólidos, y utilizarlos en campos de cultivo y huertos. Después de todo, la naturaleza pretendía que los desechos humanos regresaran al suelo para reponerlo de la misma manera que el estiércol animal ha sido utilizado desde hace mucho tiempo para fertilizar los campos agrícolas.
"¿Y qué hay de todos los productos químicos industriales que terminan en las aguas residuales?", pregunté. Él respondió que no eran lo suficientemente significativos como para preocuparse. Yo estaba escéptico.
Avancemos rápidamente a la semana pasada cuando el Congreso de los Estados Unidos consideró una propuesta para asignar $500 millones para compensar a los agricultores cuyas vidas han sido socavadas por la aplicación de biosólidos—lo que la mayoría llamamos lodos de alcantarillado—en sus tierras de cultivo. Resulta que esos biosólidos han envenenado tanto la tierra como el ganado en los Estados Unidos. La preocupación evidente son los llamados "productos químicos para siempre", utilizados para fabricar productos como Teflón, espumas de extinción de incendios, tapicería resistente a las manchas y equipos deportivos resistentes al agua. Estos químicos están relacionados con "cáncer, daño hepático, disminución de la fertilidad y mayor riesgo de asma y enfermedad tiroidea." Son peligrosos para la salud humana y animal incluso a niveles muy bajos. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) propuso este año limitar ciertos de estos químicos a menos de 10 partes por trillón en el agua potable. En dos casos, el límite propuesto es de 4 partes por trillón.
Un estudio reciente de 2,500 sujetos humanos mostró que casi todos ellos tienen en su sangre químicos PFAS—el nombre formal para este grupo de químicos que se cuentan por miles. Se sabe hasta ahora que algunos 1,593 sistemas de agua en los Estados Unidos están contaminados. Estos químicos deberían tener la descripción de "químicos en todas partes" añadida a su nombre.
Pero, créalo o no, esto es solo la punta del iceberg en cuanto a la contaminación de los biosólidos. Un informe de 2022 sobre los químicos encontrados por el examen de la EPA de los biosólidos alrededor del país enumera 726 químicos. Estos incluyen químicos utilizados en pesticidas, medicamentos, cosméticos y retardantes de llama, así como dioxinas y bifenilos policlorados (ampliamente utilizados en transformadores eléctricos y altamente carcinogénicos).
Durante muchos años, la EPA ha asegurado a los agricultores que los biosólidos son seguros. La agencia aún los promociona como una forma de mejorar la fertilidad del suelo. (Los lectores curiosos podrían querer saber que las regulaciones de la agricultura orgánica prohíben el uso de biosólidos o lodos de alcantarillado de cualquier tipo.)
El problema de los biosólidos demuestra claramente por qué la llamada economía circular es una imposibilidad en una sociedad industrial moderna. Los químicos producidos por la economía moderna son demasiados—más de 150,000 según un recuento reciente—y se dispersan con demasiada facilidad para ser segregados del flujo de desechos.
Así es como le gusta a la industria química. Sería sumamente costoso evitar toda fuga de químicos tóxicos al medio ambiente—y francamente contraproducente en el caso de pesticidas y herbicidas que deben dispersarse ampliamente para ser eficaces. Y, sería considerablemente más costoso encontrar sustitutos que sean no tóxicos y biodegradables. Nadie en la industria química va a hacer ninguna de estas cosas si no se les obliga.
Pregúntese cuántas veces la industria química y sus voceros en las universidades nos han dicho que no nos preocupemos por los químicos en el medio ambiente. Las concentraciones son demasiado pequeñas para dañarnos, dicen. Luego, pregúntese si quiere sentarse a comer granos cultivados con biosólidos y productos cárnicos y lácteos de animales alimentados con esos mismos granos. ¡Qué delicia!
Por Kurt Cobb a través de Resource Insights
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